Las plaquetas o trombocitos son fragmentos citoplasmáticos
pequeños, irregulares y carentes de núcleo, derivados de la fragmentación de
sus células precursoras, los megacariocitos;
la vida media de una plaqueta oscila entre 8 y 12 días. Las plaquetas juegan un
papel fundamental en la hemostasia y son una fuente natural de factores de crecimiento. Estas circulan en
la sangre de todos los mamíferos y están involucradas en la hemostasia,
iniciando la formación de coágulos o trombos.
Si el número de
plaquetas es demasiado bajo, puede ocasionar una hemorragia excesiva. Por otra parte si el número
de plaquetas es demasiado alto, pueden formarse coágulos sanguíneos y ocasionar trombosis,
los cuales pueden obstruir los vasos sanguíneos y ocasionar un accidente cerebro vascular, infarto agudo de miocardio, embolismo pulmonar y el bloqueo de vasos sanguíneos en
cualquier otra parte del cuerpo, como en las extremidades superiores e
inferiores. Cualquier anormalidad o enfermedad de las plaquetas se denomina trombocitopatía, la cual puede
consistir, ya sea en tener un número reducido de plaquetas (trombocitopenia),
un déficit en la función (tromboastenia), o un
incremento en el número (trombocitosis).
Las plaquetas liberan un gran número de factores de crecimiento incluyendo el factor de crecimiento derivado de
plaquetas y el factor de crecimiento transformante
beta, el cual estimula el depósito de matriz extracelular; Estos dos factores de
crecimiento han demostrado jugar un papel significativo en la regeneración y
reparación del tejido
conectivo.
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